sábado, 17 de enero de 2009

Finalmente la creatividad se dio a la mar, los veleros navegando atraidos por el brillo de las aguas tranquilas y las oportunistas gaviotas sobrevolando los cielos, observan a los marineros alzar sus velas. Sentados en la costa podemos respirar la tranquilidad del viento y escuchar el rugido de las olas, en compañia de una familia de pequeños curiosos. La vista dominada por los tonos azules del mar y el blanco de la espuma, entrecruza direcciones y visuales que enrriquecen el trabajo. Una vez mas, aquel trabajo que comenzo con algunas inseguridades y desaciertos finalmente llego a buen puerto. Excelente trabajo Ceci.

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